El impulso de la sostenibilidad y la preservación de los recursos naturales son esenciales para garantizar un futuro verde y medioambientalmente estable. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para 2030, especialmente en el acceso a energía asequible y sostenible, marcan el camino. Concretamente, en el caso de España, se ha puesto foco en el sector energético con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, en el que se establecen una serie de metas para conseguirlo. Así, desde el sector eléctrico trabajamos desde hace años en superar estos objetivos sin dejar a nadie atrás.
Nuestro compromiso es claro y nuestra apuesta por un futuro sostenible es firme, desde el proceso de electrificación, ya encauzado y en constante evolución, hasta la conservación y aprovechamiento de los recursos naturales para reducir el consumo de energías fósiles.
Electrificar la demanda para lograr la descarbonización
La electrificación es esencial para la descarbonización. Este proceso busca dar un giro a la forma de producción y consumo de la energía para adoptar una forma más sostenible y accesible. Consiste en cambiar los combustibles fósiles por energías limpias como la electricidad producida con fuentes renovables para lograr la descarbonización de los diferentes sectores, como la industria, el residencial, el de transportes, reduciendo así emisiones contaminantes y como consecuencia, los efectos del calentamiento global.
Desde un mayor despliegue de energías renovables hasta la creación de hogares inteligentes y eficientes y la electrificación de procesos industriales, la electrificación está remodelando nuestra forma de consumir y utilizar la energía. Hasta la fecha, gracias a duplicar la producción de electricidad de origen renovable, la emisión de gases de efecto invernadero se ha reducido en un 35% en los últimos 15 años. Con el impulso del sector, se prevé que en 2030 el 81% de la generación eléctrica sea libre de emisiones. Además, este proceso también permite trasladar al cliente final esta energía más competitiva, pues el uso de fuentes de energía más económicas supondrá la reducción del coste de la factura para los consumidores.
Energía renovable para potenciar la descarbonización y las zonas rurales
La apuesta por las energías renovables es un imperativo si queremos un futuro sostenible y lograr la Transición Energética. En España contamos con grandes ventajas climatológicas para ser líderes de este proceso. El aprovechamiento de las amplias horas de luz solar y las grandes inversiones en energía eólica nos colocan en la cabeza de Europa en energías renovables. Gracias a ello, en los últimos 15 años se ha reducido un 30% el consumo de combustibles fósiles.
Las renovables también ofrecen la oportunidad de crear oportunidades. Gracias a su impulso, en 2022 se generaron 130.000 empleos nuevos en España, con expectativa a superar el millón de empleos en 2030. Además, el despliegue de renovables contribuye al desarrollo de las zonas rurales, su economía y la creación de puestos de trabajo, asegurando un futuro sostenible que hace frente al reto demográfico que tenemos presente.
Un cambio en la industria: reindustrialización y modernización
Una economía con mayor peso industrial mejora la resiliencia de un país y España ante la oportunidad de construir la industria del futuro.
En la actualidad, la industria española representa aproximadamente el 26% del consumo total de energía del país, siendo el segundo sector más demandante después del transporte. Sin embargo, la dependencia de combustibles fósiles sigue siendo alta, con más del 55% de su energía proveniente de fuentes contaminantes. La clave para mejorar la eficiencia y reducir las emisiones radica en la electrificación. Afortunadamente, ya existen tecnologías maduras que permiten la electrificación directa de procesos industriales, como bombas de calor y calderas de electrodos. Además, se está avanzando en la viabilidad de otras tecnologías destinadas a procesos industriales específicos. De implementarse, estos avances nos acercan al objetivo de lograr una electrificación del 70% en la industria española.
Igualmente, con los abundantes recursos naturales como el sol y el viento, nuestro país puede generar electricidad hasta un 30% más barata que la media europea. Esta ventaja competitiva posiciona a España como un destino atractivo para la inversión industrial, especialmente en sectores de alto desarrollo en Europa.
Redes de distribución eléctrica, claves para conseguir la transición energética
Las redes de distribución eléctrica se alzan como pilares fundamentales en el proceso de transición energética. Es necesario tener una red eléctrica moderna, eficiente y capaz de integrar las nuevas tecnologías, integrar la demanda y garantizar un suministro estable y eficiente. Esta transformación no solo implica la actualización de la infraestructura existente, sino también la incorporación de tecnologías innovadoras que permitan gestionar de manera más eficiente y flexible el suministro de energía. Para ello, los gestores de la red de distribución tienen un rol principal durante esta transición, ya que de la automatización y digitalización de las redes depende el desarrollo de los factores fundamentales para la descarbonización de la economía.
El sector eléctrico, motor del cambio
El sector eléctrico está en el centro del cambio hacia un futuro más sostenible. Desde el impulso de nuevas formas de consumo como el autoconsumo individual y colectivo, hasta la adopción de tecnologías como la bomba de calor y los vehículos eléctricos, nuestro sector lidera la transformación hacia una energía más limpia y accesible para todos. Además de modernizar nuestras infraestructuras, estamos comprometidos en acercar estas soluciones al público, promoviendo un consumo responsable y adaptado a los nuevos tiempos. Con esta visión, trabajamos incansablemente para construir un mundo más sostenible y descarbonizado.